Mujeres líderes dan lucha al agotamiento en microfinanzas.

 Por Barbara Magnoni
Presidenta, EA Consultants
Co-fundadora, Andares Mujeres
Co-fundadora, Noahui Soluciones
Profesora Adjunta de la Universidad de Columbia, Escuela de Asuntos Internacionales

Febrero 17, 2022


¿Cómo se han visto afectadas las mujeres por el agotamiento laboral producto de la pandemia?

Una de las IMF del proyecto Sentinel que entrevistamos recientemente compartió conmigo una perspectiva reveladora: la productividad aumentó significativamente en 2020. Y agregó que podría atribuirse a cambios como el trabajo remoto, así como también a un mayor entendimiento interno e inducido por la pandemia, de que los procesos eran ineficientes y necesitaban ser simplificados. Pero, al mismo tiempo, compartía una preocupación contradictoria: “¿Qué pasa si nuestro personal está agotado?” Y a esto agregó una inquietud aún mayor: "¿Qué pasa si el personal femenino sufre en silencio, intentando hacer malabarismos con las responsabilidades del hogar y el trabajo, en momentos de una pandemia incierta que ha cambiado por completo la forma en que trabajamos?" Parece ser entonces ahora el momento de entender el agotamiento de los trabajadores y su impacto en las mujeres en las microfinanzas, particularmente porque sigue existiendo una amplia brecha de género en el liderazgo de las microfinanzas, y la deserción femenina podría reducir aún más el papel de las mujeres en el liderazgo de las IMF.

Ante esta inquietud, comencé a explorar el impacto que la pandemia está teniendo en el trabajo de las mujeres a nivel mundial. Luego revisé algunas de las productivas discusiones generadas en los últimos 18 meses por Andares Mujeres, una red de casi 400 mujeres profesionales en América Latina que promueve el liderazgo de las mujeres en el sector de la inclusión financiera. A lo largo de 2020-2021, Andares Mujeres recopiló historias de sus asociadas y brindó oportunidades para debatir no solo sobre las experiencias conjuntas, sino también algunas soluciones que las IMF de la región han implementado para abordar el agotamiento de los trabajadores (compartidas en este webinar). 

Finalmente, realicé algunas entrevistas adicionales con IMF para llenar algunos vacíos. Es importante señalar que todos los ejemplos, casos y entrevistas están registrados y se realizaron con mujeres líderes de instituciones de microfinanzas. Este no es un detalle menor. Refleja el interés, la dedicación y el cuidado que las mujeres líderes están poniendo en mejorar las condiciones de las mujeres en las microfinanzas y enfatiza la importancia de darles a estas mujeres líderes una voz y un espacio para la acción.

Las trabajadoras muestran agotamiento en todo el mundo

He estado cubriendo América Latina para el Proyecto Sentinel, por lo tanto, gran parte de este artículo se enfoca en esta región. Sin embargo, muchos de los problemas que descubrí reflejan tendencias globales. El informe“Mujeres en el mercado laboral” de McKinsey (2021) afirma que, con la pandemia, las mujeres tienen dos veces más probabilidades de reportar agotamiento que los hombres en Estados Unidos. Las madres tienen 1,5 veces más probabilidades que los padres de dedicar tres o más horas adicionales por día a las tareas del hogar y el cuidado de los niños, desde que se inició la pandemia; mientras que dedican la misma cantidad de horas a su trabajo que antes. Las mujeres más adultas, quienes incluso podrían pagar por más ayuda, no tienen respiro. Según el informe, las mujeres líderes seniors, han realizado un 60% más que sus homólogos masculinos, para brindar apoyo emocional a los empleados, algo crucial en momentos en que este tipo de gestión "suave" se necesita más que nunca.

América Latina es más vulnerable al desgaste de las mujeres

América Latina es aún más vulnerable a los impactos de la pandemia en el agotamiento de las trabajadoras. Las familias han tenido que cuidar de los suyos para compensar las deficiencias del sistema de salud, y las fuertes normas sociales en la región colocan firmemente el trabajo de cuidado (física y cognitivamente) sobre los hombros de las mujeres. Previo a la pandemia, Campaña,Gimenez-Nadal y Molina (2015), del Instituto para el Estudio del Trabajo (IZA) en Bonn, estudiaron la cantidad total de trabajo remunerado y no remunerado de hombres y mujeres en América Latina. Las brechas resultan particularmente altas en Ecuador y México, donde los hombres trabajan 7,34 y 3,70 horas menos por semana que las mujeres, respectivamente. Estos hallazgos no son uniformes, por supuesto. En Perú es menor (1,66 horas semanales) y en Colombia se invierte levemente (los hombres dedican 0,46 horas semanales más al trabajo total). Sin embargo, cuando los niños están presentes, el trabajo de las mujeres aumenta más que el de los hombres en todos los países. La educación parece no ofrecer un respiro, sino que solo aumenta la carga de las mujeres profesionales, de quienes se espera que trabajen más duro que los hombres para salir adelante.

¿Qué evidencia tenemos del sector de las microfinanzas?

La pandemia parece haber puesto a prueba las ya frágiles presiones que ejercen el trabajo y el hogar, en las mujeres que trabajan en microfinanzas. A medida que los niños pasaron a la educación remota, y las madres, hijas y nietas se vieron obligadas a trabajar desde casa, estas tuvieron que compartir sus teléfonos inteligentes con los niños para que estos tomaran sus clases en línea, equilibrar las tareas domésticas, el cuidado de los niños y ancianos, con las presiones del trabajo. Esto parece haber afectado tanto el tiempo disponible como la carga cognitiva de las trabajadoras. En algunas IMF, la deserción femenina aumentó más que la deserción masculina. Esto no es algo deseable socialmente, pero tampoco financieramente. Perder a un oficial de crédito, gerente de sucursal o ejecutivo, significa perder la inversión realizada en reclutamiento, capacitación y desarrollo.

 “Una de nuestras ejecutivas se acercó y me dijo que tenía que irse. Incluso después de ofrecerle trabajo remoto, apoyo de salud mental y física, ella se fue. Era una trabajadora muy profesional y con mucha experiencia”, compartió Verónica Herrera, directora ejecutiva de MiCrédito en Nicaragua. Explicó que al enviar a mujeres profesionales a sus casas durante los confinamientos, las IMF empujaron, sin darse cuenta, a las mujeres a priorizar a los niños, la familia, los esposos y las tareas del hogar, lo que debilitó su motivación profesional. Al parecer, quedarse en casa les recordó a las mujeres el gran costo personal que significa llevar la mayor parte de la carga del hogar y la responsabilidad del trabajo, durante el trabajo remoto. Tal vez "se dieron por vencidas” de intentar hacer ambas cosas. En consecuencia, MiCrédito pasó de tener una fuerza laboral compuesta por un 62% de mujeres, a un 50%. Mariela Ramírez de Mibanco Colombia destacó que en Colombia, las entrevistas de salida con el personal muestran que se están yendo más mujeres que hombres, y principalmente aquellas mujeres que trabajan en el campo. Para las oficiales de crédito, la principal causa  para dejar el banco (más del 40% de las mujeres) fue por razones personales y familiares (a diferencia de nuevas oportunidades laborales o conflictos en el trabajo, por ejemplo). En Mibanco Perú, el personal de campo femenino compartió sus temores de contagio cuando visitaban a los clientes, particularmente como cuidadoras de niños pequeños y familiares mayores.

Campaña,Gimenez-Nadal y Molina (2015) encontraron que las mujeres más educadas en países menos igualitarios (como México y Ecuador) terminaban asumiendo más carga de trabajo. Llamé a la Gerente de Recursos Humanos, Adela Giral, de Banco Compartamos en México, para preguntarle si estaban percibiendo el agotamiento femenino, dado que esta entidad ha ganado premios como el Great Place to Work Award (Premio mejor lugar para trabajar) durante décadas. Ella me explicó que las entrevistas de salida revelaron que las mujeres son más propensas que los hombres a dejar el banco para cuidar de la familia (60% mujeres vs. 40% hombres). El problema del agotamiento se ha concentrado en las mujeres de la casa matriz, lo que refuerza las lecciones obtenidas en el estudio IZA. Las mujeres están haciendo malabarismos ante la presión extrema de implementar grandes proyectos de transformación digital a la luz de la pandemia. A fines de 2021, Banco Compartamos implementó vacaciones forzosas de dos semanas para todo el personal de la casa matriz, justamente para abordar este problema.

Las IMF respondieron rápidamente para proteger a los trabajadores del COVID, pero aumentaron las presiones en el hogar

En las primeras etapas de la pandemia, las IMF abordaron desafíos operativos y de salud, e implementaron medidas que parecieron calmar la ansiedad de los trabajadores por un tiempo. Muchos ofrecieron pruebas de Covid, atención emocional y física, así como también seguro médico. Banco Solidario en Ecuador tomó medidas adicionales, tales como implementar un programa de vacunas en alianza con el gobierno para cubrir a 3.000 empleados. También ofrecieron transporte puerta a puerta, bonos de alimentos y realizaron visitas domiciliarias a trabajadores remotos para verificar su salud mental (y posibles problemas de violencia doméstica). MiBanco Perú equipó al personal con equipos de oficina en sus hogares, integró el trabajo remoto a los puestos de trabajo y remodeló los procesos de trabajo para eliminar la burocracia y crear una mayor eficiencia. Crearon condiciones especiales para las mujeres embarazadas y el personal que cuida a los familiares enfermos. MiCrédito en Nicaragua proporcionó beneficios financieros para trabajadores con familias afectadas por COVID, para ayudar a abordar los costos adicionales de atención. Se enfocaron en la salud mental del personal y en asegurarse que el personal sintiera que eran tratados “con humanidad”. Por ejemplo, en los cumpleaños del personal, organizaban una fiesta de zoom y enviaban pizza y globos a la casa de los cumpleañeros. La satisfacción del personal de MiBanco a mediados de 2021 sorprendió incluso a su gerencia, ya que el 92% informó que estaba satisfecho. En el caso de Banco Compartamos, la retención de personal aumentó de los niveles previos a la pandemia.

Los cambios estructurales en las condiciones de los trabajadores serán más lentos y desafiantes

Estas medidas de mitigación de emergencia de COVID fueron importantes, pero les pregunté a estas líderes hasta qué punto estos cambios se estaban convirtiendo en cambios estructurales permanentes. Después de todo, estas nuevas políticas tienen un costo. Muchas líderes consideran que algunos cambios, como el trabajo flexible, serán permanentes en el futuro tras la pandemia. Esto sugiere que el desafío de equilibrar el trabajo y el hogar, no desaparecerá, incluso cuando la pandemia termine. Algunas han reconocido que el agotamiento de los trabajadores necesita nuevas estructuras y enfoques de recursos humanos.

A mediados de 2021, MiBanco Colombia encuestó a su personal para comprender qué problemas enfrentaban y encontró una aceleración en problemas como la violencia doméstica en el hogar. Desde entonces, han vuelto a capacitar y reorientar al personal de recursos humanos para que se ocupe de la violencia doméstica y, constantemente, se comunican con todos los miembros del personal para verificar su situación. En MiCrédito en Nicaragua, están probando sucursales con salas para que los hijos del personal puedan participar en la escuela virtual, permaneciendo cerca de sus padres. MiBanco ahora implementa un “Triple Check”, para evaluar al cliente, al trabajador y al banco, en la implementación de nuevas políticas. En Banco Compartamos, RRHH cuenta con un modelo “FISEP”, que considera los aspectos físicos, intelectuales, sociales, emocionales y personales del trabajo. Han lanzado una serie de webinars sobre el equilibrio entre el trabajo y la familia, la salud mental y otros temas importantes para el personal. “El personal de campo participa con toda su familia, es gratificante ver esto”, dijo la Jefa de RRHH.

Muchas de las IMF mencionadas en este artículo, garantizaron algunas comisiones y redujeron los objetivos de crecimiento y préstamos a clientes, para trabajadores remotos y flexibles, sin un recorte salarial correspondiente. “Tuvimos que experimentar el dolor para cambiar nuestra realidad y volvernos más humanos”, explicó una líder mientras reflexionaba sobre la posibilidad de que algunos de estos cambios en su institución se vuelvan permanentes. La pandemia está sacando a la luz las difíciles condiciones de trabajo en las microfinanzas, en particular, para el personal de campo. Se espera que el personal de campo administre carteras de cientos de clientes, equilibrando cuidadosamente el crecimiento de la cartera de préstamos, la adquisición de nuevos clientes, la retención y los objetivos de reembolso, como señalan Czura, Englmaier, Ho ySpantig en su artículo reciente publicado sobre los impactos de la pandemia en los oficiales de crédito en India (2022). Al mismo tiempo, gran parte de su compensación es variable y basada en el éxito, en lugar de ser fija; incluso cuando las condiciones externas no son propicias para su éxito. Es por eso que la gran pregunta es si es posible que las metas de los préstamos y la compensación de los oficiales de crédito podrían cambiarse, para reducir el estrés de tener que cumplir objetivos ambiciosos mientras se equilibran las responsabilidades laborales, domésticas y financieras, sin cambios concomitantes en los modelos comerciales establecidos de las IMF.

Sin cambios drásticos puede quedar comprometido el rol de las mujeres en el liderazgo de este sector en el futuro 

En muchos aspectos, el sector de las microfinanzas no dista mucho de otros sectores. El mundo entero está lidiando con “La gran resignación o renuncia”. Pero las IMF tienen objetivos sociales y una amplia misión de inclusión que las distingue de otras instituciones tradicionales. Hemos visto que algunas IMF están comenzando a considerar nuevas estrategias que buscan promover el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, tanto para apoyar a su personal como para reducir su desgaste. Esto podría tener implicaciones de costos a corto plazo. No obstante, si las IMF no consideran alternativas y continuar depositando expectativas poco realistas en su personal, esto afectará de manera desproporcionada a las mujeres y conducirá a una mayor deserción femenina. Andares Mujeres advierte sobre este nefasto desenlace. En un estudio realizado por la red en 2015, encontramos que tan solo un tercio del liderazgo de las IMF en América Latina estaba ocupado por mujeres, pese a que más del 50% del personal total está compuesto por mujeres. El informe enfatiza que “la equidad comienza en casa” y que si las IMF quieren transmitir a sus clientas que valoran a las mujeres y sus aportes, es necesario empezar por promover a las mujeres al interior de sus organizaciones. Pero si el desgaste continúa, es probable que no queden más mujeres para promover.

Este artículo fue originalmente publicado en el blog del proyecto Sentinel. Puedes leerlo en inglés aquí.


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