Belinda Gómez, Gerente de Portafolio de ADRA Perú y
Presidente del Consejo directivo de PROMUC, nos cuenta que tuvo que superar
estereotipos de edad y género al avanzar en su carrera profesional. “Con perseverancia y entrega, inicié mi
experiencia de liderazgo y nuevos desafíos de gerenciamiento a mis 24 años, muy
joven con pocos años de experiencia, pero llena de sueños y deseos de aprender
y hacer las cosas bien. Asumí la responsabilidad de la Gerencia a nivel
nacional a mis 29 años”.
Mi historia Laboral inicia en febrero del 2002, a
mis 22 años. Fue mi primer trabajo formal y empecé como personal en inducción ad honoren por 15 días. Luego tomé la
responsabilidad de Verificadora y Asistente de Oficina durante un año, puesto en
el que caminé, ¡muchísimo! Posteriormente fui ascendida a Ejecutivo de créditos
y, al cierre del segundo año, me dieron la oportunidad de ser responsable de la
agencia dónde inicié mi inducción. Después de 4 años como Jefa de Agencia en
distintas agencias, recibí la invitación de asumir el puesto de Jefe de
Créditos (Gerente de Operaciones). Lo asumí con mucha responsabilidad y
compromiso, pues significaba hacerme cargo del área más importante a nivel
nacional. Ocupé esta responsabilidad cerca de 7 años, donde aprendí muchísimo
sobre el manejo de cartera, diseño de productos, gestión de riesgos y, sobre
todo, conocer realidades de las tres regiones de mi país. Y, por supuesto, de
las necesidades de los clientes en cada zona urbano marginal y rural.
Hace 5 años fui nombrada Gerente de todo el Portafolio de microfinanzas. En ese tiempo asumí responsabilidades adicionales como ser miembro del Consejo Directivo de mi organización, Miembro del Comité de Gobernanza y Administración, y representante ante dos redes de microfinanzas importantes: COPEME y PROMUC, como presidenta del Comité electoral de COPEME y directora del Consejo Directivo de PROMUC. Actualmente desempeño la presidencia del Consejo Directivo de esta última Red, siendo la primera mujer presidenta en los 25 años de existencia de esta red, que promueva las microfinanzas principalmente para mujeres con la metodología de Banca Comunal.
La primera barrera que considero logré derribar fue el hecho de ser mujer y los estereotipos de la sociedad en cuanto a la condición física. Soy de contextura delgada y pequeña en estatura, y cuando me proponían para un cambio, la pregunta de todos los demás era: ¿lo podrá hacer frente a los demás? Con esa contextura y apariencia física no podrá lograrlo, eran los comentarios que llegaban a mismo oídos. En una oportunidad, incluso dudaron de mí por edad, y tiempo de permanencia reciente en la organización para asumir responsabilidades mayores. Sin embargo, el tiempo demostró que mi vida puesta en manos de un Dios todo poderoso y la perseverancia pudo vencer esas barreras. La otra barrera que aún puedo observar, es el machismo, ya que en cada comité, consejo o equipos de trabajo, soy una de las pocas mujeres, pues la mayoría son varones.
Querida amiga de Andares, emprendedora, profesional, no hay barreras para seguir avanzando. Somos una influencia positiva en la vida de personas que están sedientas de recibir una palabra de ánimo, motivación o, simplemente, ser escuchadas. Tenemos mucho que dar, un potencial muy dentro de nosotras para generar cambios justos y equitativos en una sociedad llena de paradigmas, prejuicios y estereotipos. La clave es prepararse y dejarse guiar por la fe, en algo que ¡te motive a seguir! ¡Éxitos y bendiciones para cada una de ustedes!
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