Conoce la historia de Maritza Pereda ganadora de
una Beca Andares con el Instituto Boulder de Microfinanzas, la dinámica
fue cuéntanos tu historia laboral y gana una beca, mira la convocatoria aquí.
Maritza
Pereda
Asociada
Symbiotics
“Estimadas asociadas de Andares.
Mi nombre es Maritza Pereda, actualmente trabajo como asociada en Symbiotics en un increíble equipo dónde somos de más de 5 países entre LATAM y Europa. Soy peruana y llegué hace 2 años a México. Mi camino para llegar al lugar donde estoy, pero particularmente para volver a las microfinanzas, no fue fácil pero ciertamente muy enriquecedor.
Estudié Administración y el enfoque de mi carrera siempre fue corporativo por lo que no supe que eran las microfinanzas por un largo periodo de tiempo; sin embargo, mi padre era un microempresario y sin saberlo me crie y trabajé desde niña en un entorno de emprendedores que hoy formalmente en mi trabajo lo llamamos micro y pequeños empresarios, pero para mí a mis 12 años eran familias que trabajaban de lunes a domingo para sacar adelante a su familia. Familias conformadas por padres, que no tenían una carrera, pero trabajaban por largas horas sin tener un claro conocimiento de mercadotecnia, auditoría o proyecciones financieras, pero querían darles una educación a sus hijos o cómo me decía mi papá: “Darte las oportunidades que yo no tuve”.
Ver eso durante mi infancia me generó un gran impacto en mí y no tenía claro cómo con mi carrera podía ayudar hasta que gracias a mis prácticas profesionales postulé a respA y fue gracias a ellos que descubrí el mundo de las microfinanzas.
Aprender sobre las microfinanzas para mí ha sido un proceso largo y siento que todavía me falta aprender más, pero particularmente al inicio fue duro porque eran finanzas totalmente nuevas para mí dónde estudiaba fines de semana para entender no sólo sobre las microfinanzas sino sobre cada país de Latam con sus particularidades, normativa, entre otros y también aprender los términos en inglés para los reportes. Lamentablemente hay un estigma en que las mujeres trabajen en finanzas y fue un tema cuestionado tanto por familiares como amigos cercanos y lo veía en mi trabajo, dónde en ese momento éramos muy pocas mujeres en el equipo como también postulaban pocas mujeres.
Por temas familiares tuve que tomar otro empleo que me alejó del sector para poder apoyar a mi familia. Volver al sector me tomó cerca de un año de búsqueda y varios correos de rechazo o por el momento no hay vacantes disponibles. Sin embargo, durante ese tiempo busqué capacitarme en finanzas mientras trabajaba a la par, como también seguir estudiando sobre microfinanzas con reportes que brindan varias asociaciones de microfinanzas en diferentes países, los reportes que brindan las calificadoras de riesgo y toda información que encontraba disponible en internet sobre el sector para continuar aprendiendo.
Estar tanto tiempo buscando puede ser desalentador y hasta te puedes cuestionar si realmente es esto para una cuándo escuchas mensajes de que deberías intentar otro rubro, pero no me rendí porque estaba segura de que trabajar en microfinanzas me llenaba y el saber que mi trabajo puede generar un impacto social a través de un microcrédito a un dueño de un camión, a la señora que vende golosinas y muchas historias que he podido escuchar a lo largo de este tiempo en cómo puede cambiar y mejorar la calidad de vida de las personas dónde las MFIs no solo les dan un crédito sino también una asesoría y guía tan necesaria para ellos hasta en algunos casos seguros y facilidades de pago particularmente en estos tiempos de COVID, es este conjunto lo que me motivan en mi trabajo. Me gustaría poder seguir aprendiendo para continuar aportando mi granito de arena en este rubro tanto en las llamadas que tenemos con nuestros clientes como también poder continuar generando un impacto social a los microempresarios a través de los préstamos que brinda la empresa dónde actualmente trabajo a las MFIs.
Conocí a Andares en Perú, y me pareció tan motivador encontrar a un grupo de mujeres guerreras y que dominaban totalmente su campo en las diferentes áreas que trabajan. Sobre todo, sentí en el ambiente una sensación de hermandad, de apoyarse unas a otras compartiendo sus casos y así enriquecerse mutuamente.”
Mi nombre es Maritza Pereda, actualmente trabajo como asociada en Symbiotics en un increíble equipo dónde somos de más de 5 países entre LATAM y Europa. Soy peruana y llegué hace 2 años a México. Mi camino para llegar al lugar donde estoy, pero particularmente para volver a las microfinanzas, no fue fácil pero ciertamente muy enriquecedor.
Estudié Administración y el enfoque de mi carrera siempre fue corporativo por lo que no supe que eran las microfinanzas por un largo periodo de tiempo; sin embargo, mi padre era un microempresario y sin saberlo me crie y trabajé desde niña en un entorno de emprendedores que hoy formalmente en mi trabajo lo llamamos micro y pequeños empresarios, pero para mí a mis 12 años eran familias que trabajaban de lunes a domingo para sacar adelante a su familia. Familias conformadas por padres, que no tenían una carrera, pero trabajaban por largas horas sin tener un claro conocimiento de mercadotecnia, auditoría o proyecciones financieras, pero querían darles una educación a sus hijos o cómo me decía mi papá: “Darte las oportunidades que yo no tuve”.
Ver eso durante mi infancia me generó un gran impacto en mí y no tenía claro cómo con mi carrera podía ayudar hasta que gracias a mis prácticas profesionales postulé a respA y fue gracias a ellos que descubrí el mundo de las microfinanzas.
Aprender sobre las microfinanzas para mí ha sido un proceso largo y siento que todavía me falta aprender más, pero particularmente al inicio fue duro porque eran finanzas totalmente nuevas para mí dónde estudiaba fines de semana para entender no sólo sobre las microfinanzas sino sobre cada país de Latam con sus particularidades, normativa, entre otros y también aprender los términos en inglés para los reportes. Lamentablemente hay un estigma en que las mujeres trabajen en finanzas y fue un tema cuestionado tanto por familiares como amigos cercanos y lo veía en mi trabajo, dónde en ese momento éramos muy pocas mujeres en el equipo como también postulaban pocas mujeres.
Por temas familiares tuve que tomar otro empleo que me alejó del sector para poder apoyar a mi familia. Volver al sector me tomó cerca de un año de búsqueda y varios correos de rechazo o por el momento no hay vacantes disponibles. Sin embargo, durante ese tiempo busqué capacitarme en finanzas mientras trabajaba a la par, como también seguir estudiando sobre microfinanzas con reportes que brindan varias asociaciones de microfinanzas en diferentes países, los reportes que brindan las calificadoras de riesgo y toda información que encontraba disponible en internet sobre el sector para continuar aprendiendo.
Estar tanto tiempo buscando puede ser desalentador y hasta te puedes cuestionar si realmente es esto para una cuándo escuchas mensajes de que deberías intentar otro rubro, pero no me rendí porque estaba segura de que trabajar en microfinanzas me llenaba y el saber que mi trabajo puede generar un impacto social a través de un microcrédito a un dueño de un camión, a la señora que vende golosinas y muchas historias que he podido escuchar a lo largo de este tiempo en cómo puede cambiar y mejorar la calidad de vida de las personas dónde las MFIs no solo les dan un crédito sino también una asesoría y guía tan necesaria para ellos hasta en algunos casos seguros y facilidades de pago particularmente en estos tiempos de COVID, es este conjunto lo que me motivan en mi trabajo. Me gustaría poder seguir aprendiendo para continuar aportando mi granito de arena en este rubro tanto en las llamadas que tenemos con nuestros clientes como también poder continuar generando un impacto social a los microempresarios a través de los préstamos que brinda la empresa dónde actualmente trabajo a las MFIs.
Conocí a Andares en Perú, y me pareció tan motivador encontrar a un grupo de mujeres guerreras y que dominaban totalmente su campo en las diferentes áreas que trabajan. Sobre todo, sentí en el ambiente una sensación de hermandad, de apoyarse unas a otras compartiendo sus casos y así enriquecerse mutuamente.”
-Maritza Pereda
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