Estefanía Alejandra Ortuño Ibañez (*)
Las
instituciones microfinancieras tienen arraigado un componente social en la
misión y visión desde su creación. El reto de estas instituciones está en
lograr y medir los resultados sociales que reflejen los fines con los que
fueron creadas, esto requiere de
estrategias integradas y sistemáticas de medición y gestión del desempeño
financiero y social.
Toda
institución tiene como objetivo principal lograr la sostenibilidad y la
rentabilidad financiera, es imposible pensar que las instituciones microfinancieras
logren indicadores en la estrategia de administración empresarial del desempeño
social, si es que no logran la sostenibilidad y rentabilidad financiera primero.
Como
lo menciona Carmen Velasco de Pro Mujer, el Desempeño Social (DS) (**) es una
estrategia que va más allá de lo interno de la empresa y su entorno ambiental y
social, considera fundamentalmente la transformación de la comunidad a través
del individuo en la búsqueda de una efectiva reducción de la exclusión social,
económica, de oportunidades y de servicios.
"La
sostenibilidad es un concepto arraigado
en la naturaleza del sector microfinanciero, en los últimos años, el objetivo
principal ha sido contar con procesos de desarrollo y utilización de
indicadores para gestionar el desempeño social tanto interna como externamente.
Es en este sentido que la Medición de Desempeño Social (DS) se ha constituido en una herramienta de
gestión enfocada en los grupos de interés, la demanda y sus necesidades".
Las
instituciones microfinancieras contribuyen con mayor énfasis a dos de estos
objetivos: 1) erradicar la extrema
pobreza y el hambre -a través de créditos y la posibilidad de acceso a
personas de escasos recursos-, 2) promover
la equidad de género y empoderar a las mujeres -de acuerdo a estadísticas del
Fondo Monetario Internacional (FMI), las mujeres representan el 60% de los
clientes en IMF-.
Considerando
esto, el reto para las instituciones microfinancieras está en generar herramientas de gestión que
permitan contar con estrategias integradas, enfocadas a su cartera, que tengan
un impacto real y cuantitativo (dando un mayor empoderamiento a las mujeres y
contribuyendo a la equidad de género).
Es
importante recalcar que las mujeres son el motor de una sociedad desde el
núcleo familiar hasta el motor financiero de una familia -principalmente en los
países en vías de desarrollo-, por lo que trabajar en estrategias enfocadas a
este sector de mercado (como clientes de IMF) representa una gran oportunidad
de generar un impacto positivo y medible.
(*) Especialista
en Responsabilidad Social Empresarial.
(**) El desempeño social de las IMF monitoreando cambios en
los indicadores de resultados sociales
correspondientes a dos de las ocho Metas de Desarrollo del Milenio (MDM): (1)
erradicar la extrema pobreza y el hambre, (2) lograr educación primaria
universal, (3) promover la equidad de género y empoderar a las mujeres, (4)
reducir la mortalidad infantil (5)
mejorar la salud materna (6) combatir el VIHy otras enfermedades (7) generar la
sostenibilidad en el medio ambiente y (8) fomentar la alianza mundial para el
desarrollo. Fuente: 2011 Finanzas Rurales
y Desarrollo
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