Laura Méndez. Directora de crédito productivo de Banco Azteca, nos cuenta su historia, cómo se abrió paso en un sector tradicionalmente dirigido por hombres. “Algunos me decían que yo no iba a poder y, poco a poco, he demostrado que sí podemos trabajar al mismo ritmo que ellos”.
Soy directora de crédito
productivo de Banco Azteca desde julio de 2019. Cuando entré al Banco, nos
hicimos miembros de Women’s World Banking,
con quien venimos trabajando en varios proyectos, además de la incorporación
del banco en créditos al sector agropecuario y rural en México.
Anteriormente trabajé en
Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura – FIRA, por 18 años.
Dentro de FIRA, ejercí como directora de Relaciones Interinstitucionales y participé
en la elaboración de estudios con The
Aspen Institute y Centros de Estudios Espinosa Yglesias, sobre financiamiento
a las mujeres. También ofrecí charlas en los 32 estados para mujeres sobre
microfinanzas y educación financiera para mujeres. Salí de la Institución
debido al cambio de gobierno.
Estudié economía en el Instituto
Tecnológico Autónomo de México. Mi conocimiento del idioma inglés es avanzado.
Trabajé en varias instituciones gubernamentales enfocadas al sector agroalimentario.
Dejé de dedicarme a mi carrera por 2 años para poderme dedicar el tiempo
completo a ser madre. Posteriormente trabajé dando clases y asesorías. A mis 40
años, me detectaron cáncer en el estómago y me divorcié.
Empecé a trabajar ya de tiempo
completo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Sin el apoyo económico de mi exesposo,
tuve que pedir un crédito hipotecario para adquirir mi casa. Ahí viví la
experiencia de muchas mujeres que, al no tener una garantía colateral, no somos
sujetas a crédito.
A partir de ahí, he visto cómo
poder apoyar desde el sector financiero a las mujeres.
El sector agropecuario en mi país
es un sector especialmente para hombres y, que llegue una mujer, ha sido
difícil. Algunos me decían que yo no iba a poder y, poco a poco, he demostrado que
sí podemos trabajar al mismo ritmo que ellos.
Mi mensaje para las asociadas de Andares es que crean en ellas mismas. Con dedicación y esfuerzo se pueden lograr nuestros objetivos. Que quizá nos cueste más trabajo que a los hombres, es cierto, pero que sí se puede. Para aquellas que han tenido la dicha de ser madres, vean en sus hijos el motor para hacer y romper barreras. El ejemplo que les damos bien vale la pena.
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